nunca podrías recordarme como el amante de un verano perfecto.
Cada vez que llegas a París,
rehaces en tu mente todo lo que tu piel me dio,
ese rebuscar de las arañas en la sangre del otro,
la condena a sernos fieles en el pequeño transcurso de unos días.
La habitación te reserva su vista del Sena,
tus manos tiemblan un poco
cuando con la ventana abierta oyes el sonido de un violín
que deja notas conocidas por tu cuerpo…
pero pronto te rehaces, te sonríes
y exclamas “siempre nos quedará París”
porque así fue y así será para los dos.
8 comentarios:
maravilloso ese París... entre el recuerdo y la realidad
La habitación marca los límites de una intimidad, de un darse, de un recibir, de un ofrecimiento, de una entrega.
Hay vivencias en la vida que sabemos su limitación, conocemos su fragilidad en el tiempo, y quizás por saberlo o intuirlo vivimos cada instante en plenitud, en totalidad y queda en el después de nuestra memoria como un todo completo. No hay antes y no hay después, sólo existe esa vivencia en toda su integridad.
Para leer tus poemas siempre nos queda volver a tu blog.
Besos
siempre nos queda esa guarida infranqueable en la que nada que no sea propio pueda ser mancillado, esa fuente de la vida de donde manan los recuerdos propios y compartidos
un abrazo
... Paris et une mansarde où il fait bon se réfugier, quand il pleut dehors...
un beso f.
Algún día visitaré París. Espero traerme lindas emociones y poder recordarlas con el paso del tiempo.
Besos
Y si no voy a París... siempre me quedará España.
Besos
Siempre quedarán guardados esos momentos que hacen de nosotros esclavos de nuestros sentimientos. Abrazos.
siempre os quedará... qué bonito...
bss
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