ESTRAVAGARIOSIGLO21

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ESCRIBO PARA REDIMIRME DE MI MISMO

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domingo, 28 de febrero de 2010

Leaving New York R.E.M.



Odio el rencor del mediodía







Odio el rencor del mediodía,
el silencio que presume de no tener anhelos,
y esta ausencia de motivos para amarte.






Del poemario "El error de las hormigas".




F


sábado, 27 de febrero de 2010

La elección fue la sal







La elección fue la sal.
El mar nunca dibuja los sueños, los deshace.




Fotografía de M.Á. Latorre


jueves, 25 de febrero de 2010

miércoles, 24 de febrero de 2010

Resbalo lento en el reverso de tu nombre





Resbalo lento en el reverso de tu nombre.
Un disparo de nieve trae el fulgor de los acantos.
En los templos apenas se escucha la voz del tiempo,
pasan los pájaros sin propósito, en silencio,
mientras llueve tristeza sobre la tierra
y una sombra azul trae el gesto inequívoco de la desolación.





F


martes, 23 de febrero de 2010

Resta de la suma









Resta de la suma.
Se derrama la savia y el tiempo cruje en la roída tela.
Una tras otra las olas han dejado un curso de lágrimas,
un poso húmedo donde la sal impera con su silencio blanco.




Fotografía de M.Á. Latorre


domingo, 21 de febrero de 2010

Ahora sabrás



Ahora sabrás más de todo lo que te duele.
Una vez ahogado, el río es un amigo íntimo.




Del libro "El Alhaquín"


sábado, 20 de febrero de 2010

viernes, 19 de febrero de 2010

Vino la noche





Vino la noche. Todavía recuerdo su andar y sus paisajes.




F


miércoles, 17 de febrero de 2010

martes, 16 de febrero de 2010

La flecha






La
flecha
sisea
el
cielo
con
un
nombre
en
la
hiedra
como
una
corriente
marina
húmeda
y
sincera.





F


lunes, 15 de febrero de 2010

Cuando...




Cuando en mi cama todavía se oyen las olas,
sé que tú has dejado el rastro azulado del océano.






Del libro El Alhaquín



sábado, 13 de febrero de 2010

Guárdame







Guárdame un silencio en tus ojos de almendra
en esas horas lentas en que todavía me recuerdas.




F


jueves, 11 de febrero de 2010

Nunca






Nunca sabremos el secreto de lo inolvidable


miércoles, 10 de febrero de 2010

Roja espina






Roja espina de deseo,
entre los labios
el hilo incontenible,
un rumor, la llamada,
el venablo lanzado hacia la herida.
He despertado en ti
con el aroma inconfundible de tu cuerpo
y al tacto infalible de tu boca.


F


lunes, 8 de febrero de 2010

Se hace mi voz viento






Se hace mi voz viento,
arrastra esporas y simientes de luces,
fuego en las vértebras donde anidan las palabras,
la sinrazón crecida de un río,
el puente donde se enarbolan las banderas,
un abanico de miradas ocultas,
los silencios que nunca dejaría en tu boca.





domingo, 7 de febrero de 2010

Hay palabras







Hay
palabras
que
nunca
se
pronuncian
pero
se
escuchan
dentro,
allí,
donde
todavía
cada
gota
de
lluvia
de
su
cuerpo
es
un
poco
de
luz.




F


viernes, 5 de febrero de 2010

Es la lumbre crecida de la espera...








Es la lumbre crecida de la espera ...

Ebria, entregada,
prendida a la voz ronca del deseo,
cuajada entre mis dedos,
en el punto de la brisa y de la duda,
sembrada de lunas y de lluvia,
ahora, envuelta en mi piel
te haces del viento
y del alero donde vienen a cantarte
frente al mar
todas las gaviotas.












jueves, 4 de febrero de 2010

Larga la mano





Larga la mano sustenta un misbaha de ámbar,
un fracaso envuelto entre las cuentas
de un recitado examen de conciencia.





F



miércoles, 3 de febrero de 2010

La luz de tu deseo






Tuve en los dedos el enigma,
la marca donde se señalaba el jeroglífico.
Me reconocí ebrio, dueño del bronce
y de su idioma de símbolos,
erguido en el camino de tu anatomía,
en los pliegues precisos de tu deseo.
El instante fue del fuego,
oscuro y quebradizo entre mis labios,
senda de una luz que abría tus gemidos,
sólo se pudo redimir la tarde
cuando de los dos
salieron volando los pájaros
y nos quedó del silencio
su lado dulce, su trago largo.





F


martes, 2 de febrero de 2010

Tiene la venganza






Tiene la venganza un yugo: el desorden de una línea recta.




Entregarte a los silencios del faro






Entregarte a los silencios del faro
y en sus secuencia seguir las estelas
en la noche eterna del océano.
Una, dos, tres ráfagas cortas y una larga
como un minucioso trabajo de arquitectos
donde el agua se enciende
y en un instante se ven las carreteras del mar,
hasta el horizonte que arrastra la penumbra.
Allí los sueños se hacen tangibles
y a ti vuelve con la brisa el sabor de su boca,
la línea sagrada de su cuerpo,
nada más que lo importante,
aquello que te une a la vida.




Del poemario "El error de las hormigas"


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