Las noches roen el mármol….
J.L.Borges
En pie la sombra de la noche herida,
detrás de ti, cubriéndote la aurora
se vierte el cuenco de la espera,
el puente, la línea, el rojo infinito del deseo.
Atrás, quedó el sabio destino de la duna,
la algarabía de todo prohibido,
la señal, el humo, la forja imposible de tus manos,
el saciarte diluida entre la lluvia,
entrelazada urdimbre donde la trama se deshizo.
Humedad derrotada,
cada lágrima es una luz errante,
lo que mueve el mundo pequeño de dos cuerpos,
cada instante un arbóreo revuelo de los pájaros,
los astros, el silencio, el fuego y su condena errante.
El ahora es un verso, cien seguidos en la voraz fiebre.
Todo lo que dejó esa marea tuvo un cuarto en su batalla,
una cama, unas sábanas revueltas,
varias preguntas sin respuesta,
unos cigarrillos rubios
y un poco de ginebra.
J.L.Borges
En pie la sombra de la noche herida,
detrás de ti, cubriéndote la aurora
se vierte el cuenco de la espera,
el puente, la línea, el rojo infinito del deseo.
Atrás, quedó el sabio destino de la duna,
la algarabía de todo prohibido,
la señal, el humo, la forja imposible de tus manos,
el saciarte diluida entre la lluvia,
entrelazada urdimbre donde la trama se deshizo.
Humedad derrotada,
cada lágrima es una luz errante,
lo que mueve el mundo pequeño de dos cuerpos,
cada instante un arbóreo revuelo de los pájaros,
los astros, el silencio, el fuego y su condena errante.
El ahora es un verso, cien seguidos en la voraz fiebre.
Todo lo que dejó esa marea tuvo un cuarto en su batalla,
una cama, unas sábanas revueltas,
varias preguntas sin respuesta,
unos cigarrillos rubios
y un poco de ginebra.
1 comentario:
Tus versos son maravillosos
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