Fue entonces
cuando mis dedos
se mojaron en tu boca.
Dejaste de hablar
del lado oscuro de los adjetivos
y del universo
del que se desprenden todos los acentos,
en silencio crecieron los verbos,
nuestros nombres y el deseo.
cuando mis dedos
se mojaron en tu boca.
Dejaste de hablar
del lado oscuro de los adjetivos
y del universo
del que se desprenden todos los acentos,
en silencio crecieron los verbos,
nuestros nombres y el deseo.
F
2 comentarios:
Los verbos que encienden la llama. Abrazos.
El silencio se convirtio en complice y el deseo esculpiò el talle de nuestros cuerpos
Publicar un comentario