Me molestó que no fuera el de siempre. Pero silencié mis quejas en la sombra de la sospecha, dejando caer mi cuerpo sobre el sillón azul. La luz de la lámpara iluminaba mi rostro perfectamente, obligándome a pensar en mis patas de gallo, ¡Dios, me vería hasta las plumas!
Y plof! De repente su rostro frente al mío. Miré sus ojos oscuros y de brillo intenso, el cabello negro y rizado, las orejas tamaño estándar y la frente la gusta y precisa. Sentía el calor de sus dedos y sus manos rozándome los labios y tallando artísticamente mis dientes, a pesar de los guantes de látex. Me pregunté como serían sus labios y los dientes de su sonrisa, pues se escondían tras la mascarilla azul.
¿Qué habría pensado de mis patas de gallo? No lo sé, pero lo que si supe, fue que tenia una sonrisa agradable y que sus dientes acabarían siendo perfectos, los de la parte de arriba impecables y los de abajo eran un manojo de hierros, pero con un futuro prometedor. En fin, qué me vació los bolsillos. Es lo que tiene ir al dentista.
Ynarud
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7 comentarios:
Me ha encantado esta parte de tus blogs, no había entrado nunca, solo al de Fernmando SArria, volvere a leerte.
Un besito cálido
y... los dentistas viven así.... y nosotros los necesitamos...
Un gran relato fer!!!!
besotes
Muy bueno eso que nos vacilan los bolsillos :-)
Besos
Se arriman tanto los dentistas que hasta el torno suena como la brisa marina.
(Y ni te digo cuando el dentista es ella y la víctima es él. Deberían ser prescindibles los pechos para colgarlos preventivamente en las perchas).
Buen relato con el feliz final de los bolsillos más livianos.
Abrazos.
Le dí cuerda a tu relato, y una boquita linda y tentadora sobre mi trabajo de encias no está mal.
Está bueno el relato y es la realidad no más que no se pueda dejar de asociar con el bolsillo, me parece que en todo el mundo el dentista los estruja.
Abrazos
A veces uno se pregunta que da mas miedo, el sacarse una muela o recibir la factura por los honorarios del dentista. Pero no hay otra forma que acudir a ellos ante un dolor insoporable de muela, ya que este dolor puede ser tan punzante que afecta nuestras actividades diarias. Una recomendación para todos, visiten periódicamente al dentista para hacernos nuestros chequeos y evitar complicaciones en el futuro. Además si el dolor de muela nos ataca repentinamente, se puede emplear el uso de un medicamento analgésico como el vicodin que es muy efectivo para calmar el dolor de muela.
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