Entonces dije tu nombre
y no fue el eco en el que se abandonaron los pájaros.
Traje de lejos los barcos del olvido,
naves sin rumbo,
lugares sin paisajes,
silencios blancos en el irse de las nubes.
Volaron cometas en el cielo,
el viento apenas dejó más sombra
que el álgido momento detenido.
Un humo ocre me recordó al incienso,
al pálpito donde se cruzan los puentes y los días.
Todavía quedaron tardes entregadas al río
aunque tu nombre escrito por mis labios
se quedara quieto, entregado,
prendido a mi y al remanso del atardecer.
y no fue el eco en el que se abandonaron los pájaros.
Traje de lejos los barcos del olvido,
naves sin rumbo,
lugares sin paisajes,
silencios blancos en el irse de las nubes.
Volaron cometas en el cielo,
el viento apenas dejó más sombra
que el álgido momento detenido.
Un humo ocre me recordó al incienso,
al pálpito donde se cruzan los puentes y los días.
Todavía quedaron tardes entregadas al río
aunque tu nombre escrito por mis labios
se quedara quieto, entregado,
prendido a mi y al remanso del atardecer.
F
3 comentarios:
Ese nombre que nos enceguece con la luz más brillante. Abrazos.
" Entonces dije tu nombre"...y quizá entonces me dije y pronuncié todos los sueños.
Sencillamente me ha encantado el poema.
Mi saludo.
iluminar la tarde
solo necesita de una sonrisa,
aunq sea inventada
besos cariñosos
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