Ahora seré silencio, silencio cubriendo las calles en una tarde de invierno, cuando nadie te espera, cuando nadie te aguarda salvo un plato recalentado en el precipicio de la oscuridad. Pero no me temo, no temo el poder devastador de los desiertos, ni este agreste páramo en que habito, ni esas manos que se llevan las arenas pueden servirme de excusa, como siempre las huellas son precarias teas que el tiempo borra.
Los astros son a la noche los puntos suspensivos del universo, con cada sueño puedo recorrer una galaxia y desde el cinturón de Orión vestir todas las lágrimas que en la noche de verano trae el bullicio de la muerte.
Siempre espero a Sirio, sé que de nada me va a servir esta muerte anunciada, pero su fuerza azulada, su titilar incesante, es como el bálsamo que me anuncia el quiebro…pongo los relojes a punto, escucho el ulular del viento, es posible que mañana al amanecer tenga una nueva herida en el costado y unas palabras hayan crecido en mi bolsillo.
Los astros son a la noche los puntos suspensivos del universo, con cada sueño puedo recorrer una galaxia y desde el cinturón de Orión vestir todas las lágrimas que en la noche de verano trae el bullicio de la muerte.
Siempre espero a Sirio, sé que de nada me va a servir esta muerte anunciada, pero su fuerza azulada, su titilar incesante, es como el bálsamo que me anuncia el quiebro…pongo los relojes a punto, escucho el ulular del viento, es posible que mañana al amanecer tenga una nueva herida en el costado y unas palabras hayan crecido en mi bolsillo.
F
2 comentarios:
También es posible que mañana no haya herida nueva, y slga el sol. Aunque al principio sea sol invernal será SOL.
Un beso Fernando
Es lo más posible pero "con cada sueño puedo recorrer una galaxia".
Besos
Alba
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