Habito una isla de miradas perdidas,
el lugar donde el silencio habla de la nieve
y las caricias tienen el dolor de la brisa...
Todavía puedo sentir tus besos,
la luz de tus ojos llega lejos,
y en mi piel camina tu boca
rehaciendo senderos
donde gime la ansiedad de mi deseo.
Soy un faro girando en la noche,
nadie sabe cuantas veces te nombro,
en lo escondido de mis palabras
el Morse de la luz clama a tu llama.
f.
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