Hay días que crecen en el viento
y se hacen con la humedad de los susurros.
Cuelgan al amanecer su cartel de no hay billetes
mientras tú esperas al mediodía,
esperas a la tarde, a un nuevo crepúsculo,
pero nadie te ha invitado
a guarecerte entre sus manos
y al final, el día se va en el horizonte
como las aguas de un río cruzan los puentes…
turbias, calladas, profundas.
y se hacen con la humedad de los susurros.
Cuelgan al amanecer su cartel de no hay billetes
mientras tú esperas al mediodía,
esperas a la tarde, a un nuevo crepúsculo,
pero nadie te ha invitado
a guarecerte entre sus manos
y al final, el día se va en el horizonte
como las aguas de un río cruzan los puentes…
turbias, calladas, profundas.
F
3 comentarios:
Días que van cabalgando en las alas del viento, de la vida. Abrazos.
Sí, hay días así. En los que parece que no has sido invitado, con esa ligera tristeza por la sensación de vida perdida.
Un beso, Fernando.
Y son domingo.
*
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