Se yerguen ebrias las horas
y se mecen a mí alrededor
como gaviotas erizando la tarde.
Nada nos une,
hay un océano tan grande
entre nosotros
que aunque cruce la esquina y te vea
sólo serás la luz que enaltece el atardecer.
He vivido crepúsculos
que me han quemado el alma,
ahora crezco en la ceniza
como si una huella de abril
tuviera la humedad de la palabra,
o surgiera siempre con ella
un sincero desafío que me sucumbe.
4 comentarios:
Siempre hay un vínculo que os une. Si te acuerdas, o escribes algo así, es la señal.
Un beso Fernando
Expresas la distancia de una forma que hace daño, he sentido dolor al leerlo.
Un beso.
Y, a veces, necesitamos ser así para drenar instintos e instantes…a veces las horas son el único remedio para avivar las cenizas.
Un placer leerte. Abrazos.
Ser la luz pienso es mucho..más de lo que piensas...
Besines poeta
Publicar un comentario