En las farolas de la noche todavía quedan restos de paisajes.
La luz difumina las sombras, el eco es sólo un travestido.
Vendrás a mi, tan certera como la sombra te trae el deseo.
Hay sobre nosotros un viento que demanda el fuego.
Un rincón puede ser la selva donde nos demoremos.
No habrá pájaros que te anuncien,
el aroma puede traerte tan cerca
que al respirarme sientas
todo lo que nos estamos perdiendo.
La luz difumina las sombras, el eco es sólo un travestido.
Vendrás a mi, tan certera como la sombra te trae el deseo.
Hay sobre nosotros un viento que demanda el fuego.
Un rincón puede ser la selva donde nos demoremos.
No habrá pájaros que te anuncien,
el aroma puede traerte tan cerca
que al respirarme sientas
todo lo que nos estamos perdiendo.
6 comentarios:
que belleza Fer...que alguien al respirarte sienta lo que se están perdiendo...
porque en ese preciso momento abrirá los ojos y vivirá el presente...
besos
Mientras haya resquicio de luz, mientras aliente el deseo, mientras se perciba el aroma… nada se pierde, todo se puede se puede avivar, todo puede renacer.
La noche se alumbra a la tenue luz de las farolas y nosotros nos sentimos respirar.
Besos amigo mío.
Suave y bello. Terciopelo estremecido hecho verso.
Es bello,pero triste. Muy triste. Hoy no puedo leerlo sin tener un nudo en la garganta.
Las farolas saben secretos que, parece ser, solo desean susurrarte a ti.
Envidio tu suerte.
Un saludo.
llegas a mi,
siempre que es certero
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