
El alhaquín teje la urdimbre del tiempo,
en mi piel siento el cuenco de sus horas derramado.
Los pájaros se sustentan en mi mirada,
atraviesan el lago, se vuelven lluvia,
lágrimas en que prender la tarde.
Todavía las noches traen una sabara difusa,
un ronroneo de gatos que estremece.
En mi ventana mueren pequeñas polillas,
buscan en mi farol una quimera.
La montaña es un verso dilatado,
el gasto perpetuo de la metáfora,
un pulmón donde respirar la soledad.
Los mirlos tienen el dolor de la nieve,
y se hacen pretéritos con su mirada oscura.
Llega en el suave desliz de las hojas
y enriquece la sombra del alba
con su diminuta pleitesía de agua.
En cada gota un mundo interior sigue palpitando.
Hay unos segundos en que vivo en una de ellas.
F
5 comentarios:
vivir, en cada cosa, en cada pequeña historia, burbusjas de agua, ser gota.
besos
Mmmmmmmmmmm......Ese día pirenaico ha sido fructuoso en verdad. Abrazos.
..Lo digo, claro, por tu hermoso poema...
Todo es vida. Un beso Fernando.
Por placer vengo a verte y a leer tus poemas...
Te deseo un buen fin de semana. El pròximo Lunes celebro el primer aniversario de mi blog, espero tenerte entre mis invitados ,me gustò conocerte y a tus poemas que me tienen cautivada.
Besos ,dulcemente Marìa.
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