
Este dolor apenas son unas lágrimas en el lago que me recoge.
Ahogo el silencio en el vuelo de un pequeño cernícalo.
Impasible, se pierde en el reflejo del bosque.
Puede la sabara arrastrar el fuego,
traer su lengua húmeda hasta la tarde.
Ser la fatiga, el hambre de la noche
y esa lluvia que fenece entre nosotros.
Es imparcial este juego de lo imposible.
Ser felices en la soledad de un viaje.
Expuestos al paisaje y a su eternidad.
Amar lo fugaz de la luz.
Sentir en la piel el escalofrío.
No hace falta el borde sinuoso de un deseo
para que todo tu cuerpo se redima del mundo
sintiendo ser una pequeña sombra entre los álamos.
Quedará en mí como un aliento,
el reflejo del cielo y su tormenta,
el vuelo del pájaro,
el dolor del tiempo.
F
4 comentarios:
Qué hermoso poema, Fernando. "Ser felices en la soledad de un viaje", a menudo, estos dos sentimientos tan diferentes aparecen juntos en nuestro interior. Muy profundo.
Besos
me fundo en la sombra del álamo,
y dejando de ser, lo soy Todo
gracias por compartir
...me quede...sin palabras...pero estuve aqui...realmente hermoso...
Siempre duele..
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