Empaparme de lluvia...vivir en silencio.
Respirar el amanecer y vestirme
con la sencilla urgencia del tañido lento de la luz.
Sé que vuelven mis pasos a inundarse de murmullos
y que crezco en las palabras como una vela al viento.
Me lleva un sonido de tormenta, un pasar de nubes...
aunque la argolla de un muelle,
la branza de los condenados,
me sujeta eternamente a la orilla
y desde los arrecifes diviso el horizonte...
ahora apagadas, quedan en mi mente
las sílabas de un fuego nocturno que ilumina el faro.
f.
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