Todas las mujeres saben de París
porque sus besos se dejan parte de ellas en el viaje.
Solitarios puentes de miradas antiguas,
días de recorrido lento y huellas profundas,
los silencios hablan de los pasos perdidos
y su voz vuelve a perdurar
como una nueva estatua
mirando desde una atalaya al río.
Todas las mujeres que me han besado en París
tienen todavía su puente,
su estatua, su mirada, su río.
porque sus besos se dejan parte de ellas en el viaje.
Solitarios puentes de miradas antiguas,
días de recorrido lento y huellas profundas,
los silencios hablan de los pasos perdidos
y su voz vuelve a perdurar
como una nueva estatua
mirando desde una atalaya al río.
Todas las mujeres que me han besado en París
tienen todavía su puente,
su estatua, su mirada, su río.
Foto de Rosalía Calvo
1 comentario:
De todos los paisajes, lo mejor, la compañía.
Por eso lo que queda de los viajes es su presencia en los recuerdos.
Un abrazo.
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