Sabes que todo lo que traje llenó el dintel de mi mano,
era del polvo el dolor del silencio y la humedad de recoger el trigo.
Entre mi sombra y yo ocupamos una vida,
un reguero de agua, un trozo de isla,
todo lo que aprendí lo llevo en mis ojos,
y en medio de tu cama, una noche de invierno,
al lado izquierdo de tu cuerpo,
tuve para ti unas horas de estío.
Luego supe partir,
sólo fueron instantes antes de que desearas mi marcha.
era del polvo el dolor del silencio y la humedad de recoger el trigo.
Entre mi sombra y yo ocupamos una vida,
un reguero de agua, un trozo de isla,
todo lo que aprendí lo llevo en mis ojos,
y en medio de tu cama, una noche de invierno,
al lado izquierdo de tu cuerpo,
tuve para ti unas horas de estío.
Luego supe partir,
sólo fueron instantes antes de que desearas mi marcha.
F
5 comentarios:
en el dintel… como el muérdago, lugar simbólico…
y en él colgados el dolor y la humedad,
los días y sus sombras,
invierno y horas de estío…
tan simbólico como la misma vida…
¡precioso! difícil decir nada más…
Bellísimo.
Hay que saber irse en el momento justo, aunque es difícil entenderlo.
Un abrazo
Eso es retirarse a tiempo.
Con el botín cobrado del recuerdo.
Un abrazo.
El difícil momento de la retirada.
Besitos
Sabes...
lo bello de lo irrecuperable..
es como siempre vive atravez de los recuerdos y nuestras palabras.
Mas besos.. : )
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