
Sé en la cama la tierra prometida,
la noche abierta, el viento andante,
cúbreme ahora que me sabes tuyo.
Entro en tu cuerpo y me disperso al ritmo de las olas.
Cae la lluvia, soy gota a gota el verso que te sacia.
Un enebro en tus labios rojos, la quimera encendida,
la parte contraria del espejo donde habita la vida.
Y ardo. En ti crece el diapasón de la luz,
mi mano se hace señor de tus oquedades,
los dedos, sus yemas hambrientas
se sorprenden ante cada centímetro reconocido,
el océano es ahora parte del universo,
se une a nosotros para habilitar un sendero azul,
la llamada impenetrable,
es nuestra la isla en medio de la ciudad y su silencio,
el lugar del infinito,
allí donde los pájaros siempre vuelven.
5 comentarios:
y arde la piel y suenan las caricias y llegan los momentos y se pierden en los cuerpos
besos
uys poeta, me dejas suspirando, gracias por compartir ta bellas lineas, un cálido saludo desde mi tierra.
Mil maneras de decir te necesito.
O sin ti no soy nada.
O contigo, todo.
Abrazos.
No te puedes imaginar cuantísimo me gusta este poema. Un beso.
Penélope.
Tierra prometida y conquistador que la conquista.
Besitos :-)
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