Alargué la mano,
tu piel tibia se dejó de silencios
y vibró anhelante.
En la oscuridad,
la llama nos hacía
despejar todas las dudas.
tu piel tibia se dejó de silencios
y vibró anhelante.
En la oscuridad,
la llama nos hacía
despejar todas las dudas.
Del poemario " El error de las hormigas"
2 comentarios:
Dudas quebradizas ante ciertas llamas.
Abrazos.
los silencios compartidos suelen hablar a la luz de las llamas...
besos
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