No sé cuantas palabras cubren una despedida.
Alarga tu mano,
la noche está tan cerca
que respira tu aroma.
Ahora podría acariciarte
como los silencios se alimentan del horizonte,
es tibia tu piel y se estremece tu espalda.
Reconozco cada hueco de tus vértebras,
toda la geografía de tu cuerpo,
lacerada la oscuridad por ti
sigues derramando la efervescencia de tu deseo
sobre las sábanas húmedas de la cama.
Alarga tu mano,
la noche está tan cerca
que respira tu aroma.
Ahora podría acariciarte
como los silencios se alimentan del horizonte,
es tibia tu piel y se estremece tu espalda.
Reconozco cada hueco de tus vértebras,
toda la geografía de tu cuerpo,
lacerada la oscuridad por ti
sigues derramando la efervescencia de tu deseo
sobre las sábanas húmedas de la cama.
4 comentarios:
Muy pocas, quizás. Muy bueno. Abrazos.
Alargo mi mano...yo no puedo acariciar lo que deseo.
No hay palabras que puedan cubrir una despedida.
Un beso
Desgraciadamente el vocabulari es parco en palabras al pronunciar un adiós.
Besitos.
Publicar un comentario