Y entonces el péndulo fue el fuego,
ardió el mijo,
un viento con tu nombre,
una cama en el incendio,
tu cuerpo sudoroso,
el mío agotado,
el silencio del alba
la lumbre y la llama del deseo.
ardió el mijo,
un viento con tu nombre,
una cama en el incendio,
tu cuerpo sudoroso,
el mío agotado,
el silencio del alba
la lumbre y la llama del deseo.
F
5 comentarios:
El idilio encendido como carbón de leña. Abrazos.
Siempre sugerente.
Entonces todo parecìa perfecto.
Y contagiàs el sentir de los sentidos, el disfrute y el goce.
Magnìfico, Fer.
Mi abrazo, aquì contigo.
Y entonces...
el instante se consumió
y dejó unas brasas
que perduran y reviven
al alba de una lumbre.
Besos
Aparte de los faros, que pueden ser la guía, algo tienes con el fuego, que puede interpretarse de muchas maneras, de cualquier forma, me gustan los poemas.
Besos.
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