Tiene la ciudad un camino nocturno
de escaparates apagados,
charcos de lunas encendidas
y taxis con sus luces verdes
oteando la avenida.
Podemos buscar algo con que escapar,
bares de música alta y alcohol
o sonreír en los pequeños alardes de la amistad
mientras nos sentamos tomando café,
y sin embargo, profunda y oscura
la noche se hace de nosotros
y gira buscándonos dentro
para hacernos más humanos,
más desinhibidos,
más cercanos,
rozándonos dentro,
pero temerosos en el fondo
de que una mirada descubra en el otro
las pequeñas mentiras que escondemos.
4 comentarios:
Es nuestra limitación, son nuestras debilidades... pero hasta ellas pueden ser bellas si las aceptamos con naturalidad.
Besos
el miedo que nos haga despertar
besos
Este poema es precioso Fernando. Un beso.
te lo cojo prestado si me dejas, y lo coloco despacio en mi página. Mas besos
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