
Todo amor se reserva su gólgota de humillación,
ese sendero impreciso en que la memoria
no absorbe la lluvia que empapa de olvido.
Recapacito. Respiro.
Quizás sea el dolor de la sangre
o el preciso instante en que la piel se rebela
y llama incesante a otra lluvia,
la de la saliva de tu boca que dejaba exhausto el sueño
o el deseo irrefrenable y certero
que iluminaba el goce de la noche.
Foto
2 comentarios:
Suena a nostalgia y lamento, pero suena tan bien...que no lo parece, Fernando.
Muchos besos.
"Todo amor se reserva su gólgota de humillación... "
No lo sabes tú bien.
X
Publicar un comentario