Serpentea la niebla el abismo y su vértigo
y todo el silencio del fin del mundo calla ante nosotros.
Arriba a mí como si fueras esta lengua húmeda,
llévate esta soledad de azules,
el grito de las gaviotas,
la urgencia de desaparecer
y tenme entre tus brazos,
ahora que sólo la llamada del faro
es un quejido de bocinas,
una campana que hace eco en el horizonte,
la fiel despedida del miedo.
f.
No hay comentarios:
Publicar un comentario