Jardins de Luxemburgo, tu cuerpo tierra de castaños…
Oigo los pájaros en la frondosidad de la noche,
un muelle con pequeñas antorchas
cuando tú me nombras.
Los pasos traen sonidos del verano,
una corriente eléctrica de lluvia y relámpagos,
la oscuridad entre los árboles
y la piel mojada en el deseo de las sábanas
aunque sea un suelo de humus
y una canción que todavía nos atormenta.
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