entregadas al oleaje y a la distancia de las islas,
mientras cabalga la soledad como una centella
y el trueno es el agobio del incendio.
La llama prende, el mar es un topacio,
la piedra de acuoso llanto,
el resplandor de todos los diluvios,
y un faro es el asombro,
lo humano que divisa el final del mundo.
F
4 comentarios:
La llama prende, el mar es un topacio...
Yo y el faro somos asombro.
Disfruto con tus letras :-)
Siempre.
Un saludo.
Retomamos el juego antiguo de inventar la forma de las nubes.
Somos faro entonces que intuye el final que aún no vemos.
Abrazos.
Me gusta la intencion y el deseo en estas tus letras..
Abrazos.
A veces quisiera llegar al Finisterre solo con la compañía de tus letras.
Va beso.
M.
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