Vengo de lejos y París es una lluvia de incesantes trazos.
Cruzo las avenidas,
bulevares de nombres que me quiebran con su peso
y me pierdo entre los árboles que nadie recuerda.
He visto unas mujeres abrazadas,
hermosas y alegres
parecen despreocuparse del invierno
y no sé decirles más que es imposible
tanto gozo en un día así…
Ellas se ríen de mí y me dicen: “monsieur nous sommes à París”.
Será verdad que mis huellas saben más que yo
y aceptan este juego equivoco
que ilumina la tarde como un fogonazo
y me desliza en el alma la sensación de la primavera.
F
4 comentarios:
en París la primavera, aún en su antagónico invierno, es siempre promesa y premonición... huellas de certeza
un abrazo
Bonitas fotos. Hermosas letras.
Quien pudiera ver París en primavera...
Saludos
anamorgana
París, la primavera y una suave melodía. Abrazos.
Me gusta volver a leer este poema, ya falta menos para la primavera, París estará precioso.
Un abrazo.
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