
He ahondado en el fondo de un pozo.
Erguido en las palabras he caminado alrededor
cayendo sobre mi
el agobio de todos los que me miran.
Puedo ser un hombre sencillo,
no es poco,
lleno de miedos que me envuelven,
como a todos,
deseos que aprisionan todos mis pasos,
músicas que han derribado mis amores
o me han consolado en mis destierros.
Unas cuantas caricias saben de mí
como también me reconoce la piel que escucha mi voz
y siente que estoy cerca, me siente respirar…
Aun así, sé que hay muelles que nunca me esperan
aunque tengan mi nombre escrito a tiza roja
y yo sea un barco más en la noche.
F
8 comentarios:
Hermoso, Fernando.
Qué cosa con la piel...
Pintaré mi nombre en otro color a ver si así funciona...
Intentar hasta el final.
Abrazo
apurar muelles en el cascarón que nos quede, quizá en un tiempo bajel lleno de oropeles... antes de la conversión definitiva a marinos errantes
precioso tu barco
un abrazo
Amén de este nostálgico y precioso poema, una vez más...Pozo,destierro... Muelles que no te esperan... siempre los hay.
Admiro los comentarios de Lena y Camille, y constato que no estoy a la altura...
un beso f.
Intenso y sencillo, como tu naturaleza, Fernando.
Un abrazo
Erguido en las palabras he caminado alrededor
cayendo sobre mi
el agobio de todos los que me miran...
me reconoce la piel que escucha mi voz...
Besos
Espléndido.
A veces cae sobre nosotros el agobio de quienes nos miran.
Lo malo es que siempre somos sólo lo que somos.
Claro que no es poco.
Por lo menos para algunos como tú.
Abrazos.
La nostalgia navega en mar calmo. Abrazos.
Esos muelles de soledad...
Precioso Fernando
Un besazo
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