Hay verbos que tienen su propia luz.
Caricias que surgen en la oscuridad.
Un eco interminable que conoces
que sabe dirimir todas las batallas
para sembrar de luciérnagas tu piel.
F.
Hay verbos que tienen su propia luz.
Caricias que surgen en la oscuridad.
Un eco interminable que conoces
que sabe dirimir todas las batallas
para sembrar de luciérnagas tu piel.
F.
Derribo los sueños
que ya no nos sirven
mientras dejo marcas de lluvia
sobre tu piel.
Una vez más soy el ángaro
que ilumina la desolación.
Ciertas palabras que te digo
siempre te hacen estremecer.
F.
Sobre nuestra desnudez
cae la tormenta.
Tanta oscuridad
y solo una luz
recorre el horizonte y el mar
sembrando las olas de caballos de fuego
galopando con nosotros
al ritmo alocado de nuestro deseo.
F.