ESTRAVAGARIOSIGLO21

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ESCRIBO PARA REDIMIRME DE MI MISMO

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lunes, 12 de diciembre de 2016

FAROS XL











Amo esta soledad de tu boca,
henchida en silencio y en gemidos de viento.
Me cruzas despacio con tus manos,
cuelgas los símbolos del fuego en mi pecho...
pájaros, luces de un faro, lluvia...
signos inequívocos que traen tu palabra.



f.










lunes, 5 de diciembre de 2016

FAROS XXXIX










Ha venido a mí el mar,

un rehacer ronco de olas y mareas.

Surge el viento en las veredas...

altano, maduro, húmedo de luz y lumbre.

Me pierdo en la penumbra de la noche,

cruzo un paréntesis

en el que las sombras tienen vida.

Vuelvo a ver a lo lejos la soledad del faro,

la labor de la espera,

el respirar en la consciencia

que va lamiendo el horizonte...

marca sus cifras de logaritmo:

tres cortos, un largo, un silencio de segundos...

un dialogo morse en que guiarse

cuando solo somos nosotros y la oscuridad.



f.






lunes, 28 de noviembre de 2016

FAROS XXXVIII











Como todos los silencios regreso de la noche.
No me olvido de las estelas
en que me deshago en la oscuridad,
ni del respirar a golpes de morse
en una infatigable melodía
que clama al horizonte.
Detrás de las mareas
siempre hay para el ahogado
una nueva senda.
Es verdad que el océano no perdona,
es el ciego señor
que cuando respira se desata la ira.



f.














lunes, 21 de noviembre de 2016

FAROS XXXVII












Empaparme de lluvia...vivir en silencio.
Respirar el amanecer y vestirme
con la sencilla urgencia del tañido lento de la luz.
Sé que vuelven mis pasos a inundarse de murmullos
y que crezco en las palabras como una vela al viento.
Me lleva un sonido de tormenta, un pasar de nubes...
aunque la argolla de un muelle,
la branza de los condenados,
me sujeta eternamente a la orilla
y desde los arrecifes diviso el horizonte...
ahora apagadas, quedan en mi mente
las sílabas de un fuego nocturno que ilumina el faro.


f.











lunes, 14 de noviembre de 2016

FAROS XXXVI










Previo a todos los amaneceres,
en medio de la oscuridad de la noche,
el mar se pregunta por ese fuego difuso
que acaricia su sombra con un vaivén constante,
con un orden que lo hace estremecer.


f.










lunes, 7 de noviembre de 2016

FAROS XXXV










Mi instinto es agreste

como el de los farallones del abandono

y del vértigo que es dueño de los pájaros.

Soy en la noche la luz que te nombra,

un morse que repite al infinito

las sílabas de tu nombre.


f.














lunes, 31 de octubre de 2016

Faros XXXIV












El aroma de tu cuerpo enciende la noche,

sin prisas se despereza tu piel

y se deja llevar por la melodía de mis manos.

Me acosa el mar y yo habito una isla solitaria

donde ilumino al respirar la cercana oscuridad.



f.








lunes, 24 de octubre de 2016

Faros XXXIII










Tendrá la noche una melodía inolvidable,

rastros prolongados de luz

y la oscura humedad del océano.

Dentro, donde duele,

allí he dejado la lumbre que te nombra.


f.






lunes, 17 de octubre de 2016

Faros XXXII






Cierro los ojos.

Dormito en el día.

Soy parte de una orilla solitaria

y sigo ausente el ritmo de las mareas

y el vuelo diario de los pájaros.

La noche dará eco a mi luz y mi palabra.


f.



lunes, 10 de octubre de 2016

Faros XXXI







Te respiro de noche,

cuando vienes de lejos a buscarme,

y en cada ráfaga que lanzo hacia tu corazón

va siempre una respuesta a cada una de tus dudas.


f.






lunes, 3 de octubre de 2016

Faros XXX







Si solo fuera este ir y venir en las mareas

cuando la soledad se extiende con su mano húmeda,

tendría la noche para pronunciarte,

despacio, usando como un eco

que insiste en cada golpe de luz con tu nombre.



f.







lunes, 26 de septiembre de 2016

Faros XXIX










Hurgo en la hondura oscura de la noche.

Respiro buscando el horizonte

mientras mis labios pronuncian,

sin yo saberlo,

palabras que queman.


f.






lunes, 19 de septiembre de 2016

Faros XXVIII










Apenas sabes de mí

más que este rastro de luces

que quedan en tu piel.

Un sabor marino en que te cerca la isla,

yodo, sal, agua luminosa…

y unos labios húmedos

que en la noche

te dejan impregnados

de la soledad del faro.


f.






lunes, 12 de septiembre de 2016

Faro XXVII









Serpentea la niebla el abismo y su vértigo

y todo el silencio del fin del mundo calla ante nosotros.

Arriba a mí como si fueras esta lengua húmeda,

llévate esta soledad de azules,

el grito de las gaviotas,

la urgencia de desaparecer

y tenme entre tus brazos,

ahora que sólo la llamada del faro

es un quejido de bocinas,

una campana que hace eco en el horizonte,

la fiel despedida del miedo.


f.









lunes, 5 de septiembre de 2016

Faro XXVI










Hay penumbras que duran la eternidad de un beso

mientras que un faro busca en el mar los recodos de lo perdido.


f.









lunes, 25 de julio de 2016

Faro XXV






¡Que dulce es el sabor de tu boca!

Y respiro en silencio

mientras recuerdo el viaje

en que me pierdo.

Una sombra es la luz de un faro

cuando nos recorre desde la lejanía,

y ser lejanía como un futuro cierto

cuando él pasa constante

en su incesante búsqueda

de alumbrar la bóveda celeste.


f.









lunes, 18 de julio de 2016

Faro XXIV






Todos los pájaros me hablan de ti

y sin embargo soy parte de un silencio que contempla el mar.

Puedo dormitar en el dolor del tiempo

pero sé que la noche trae a diario el placer de buscarte.

Allá, a lo lejos, las yemas de mis dedos te acarician,

y tú me respiras cuando desde la sombra mi luz es la llamada.


f.









lunes, 11 de julio de 2016

Faro XXIII





Hay heridas que siempre florecen en tus labios,

un largo despertar entre tus dedos,

lo trémulo, el fuego,

toda la cadencia de tu cuerpo,

un abanico de humedad recorriendo mi piel.

A veces los pájaros hacen sendas de olvido,

las nubes acarrean presagios de simiente

y en la espera, el viejo faro,

un tumulto de luz en la penumbra,

es un muelle abandonado donde la soledad peina

trazos de ternura buscándote en la distancia,

en esa lejanía donde se arrastra lo insondable.


f.






lunes, 4 de julio de 2016

Faro XXII











Arrastras el abandono de los barcos,

el apenas en que eres sólo una mirada,

las lágrimas que habitan en tu olvido,

el dolor quebrado, la ausencia,

el lado devorador de la herrumbre,

el misterio, la secuencia, la penumbra...

todo lo que la noche se permite de ti,

mientras en silencio,

como si nunca fuera a amanecer,

contemplas el ir y venir traicionado

de ese viaje eterno que rehace el faro,

constante y obstinado,

en la herida sinuosa del océano.


f.






lunes, 27 de junio de 2016

Faro XXI











Recórreme en silencio,

respírame en las olas,

simple soledad de océanos,

en este faro habito.

Nuestra batalla es herida de susurros,

azul en tu cuerpo, mi saliva es la luz,

una cadena, una condena,

de mi lengua en tu piel

como si nunca fueras a abandonarme,

como si la noche fuera a ser eterna

y nuestro deseo se alimentará

de la oscura línea del horizonte.


f.






lunes, 20 de junio de 2016

Faro XX








Recuérdame en el verano imposible

de noches donde el mar

apenas nos hablaba,

quieto, ensimismado,

dormitando las voces de los viejos marinos.

Entre los dos quedaban sólo caricias,

un abismo donde perdernos el uno en el otro,

y esa tenue mirada blanca que repasaba constante su lección

inundando de estelas la línea oscura del horizonte.


f.









lunes, 13 de junio de 2016

Faro XIX










Un bosque de nubes puede ser un mar encrespado,

entregadas al oleaje y a la distancia de las islas,

mientras cabalga la soledad como una centella

y el trueno es el agobio del incendio.

La llama prende, el mar es un topacio,

la piedra de acuoso llanto,

el resplandor de todos los diluvios,

y un faro es el asombro,

lo humano que divisa el final del mundo.



f.










lunes, 6 de junio de 2016

Faro XVIII







El faro de la luna



Hundida y roja

te desnudas en el mar

y hierves en la sangre de los silencios.

Admiro el viaje lento y hermético de tu estación de nieve,

redonda y extasiada rebosas del calor de tu deseo

y sin embargo guardas un poder de pájaros

mientras mi luz apenas deja ver el peligro certero de tu desasosiego.



f.







lunes, 30 de mayo de 2016

Faro XVII










Habito un lugar de pájaros y sombras.

Soy agreste como todo lo que trasciende en el silencio

y hablo con los astros de todo lo que callo,

al fin y al cabo la soledad es una huella,

la parte más clara de una ausencia.

Mientras tú, apenas me dibujas en tu mente,

aligeras el paso mirando el horizonte

y en tu pecho adormeces los días esperándome.

Así, seremos Ulises esclavo de una isla

y Penélope eternamente

buscándome en la luz de la noche.






f.



lunes, 23 de mayo de 2016

Faro XVI










Soy el lado más sincero de la noche.

En la penumbra se escucha respirar al mar

y sin embargo mi mano sacia de sed el horizonte.

Hay paisajes impensables

como besos que duermen en tus labios,

allí dirijo mis pasos,

la luz húmeda e inalterable

que hace de la fugacidad la vida.



f.






lunes, 16 de mayo de 2016

Faros XV










He vuelto a ser aquel que un día fue la herida.

Luz abierta al infinito,

la llamada del norte,

el sombrío dolor de tu deseo.

Ahora y siempre un faro,

alterando el silencio profundo de tus noches,

respirando en tu nombre lejanía.


f.









lunes, 9 de mayo de 2016

Faro XIV









Un faro es algo más que una palabra,
es la luz que un pájaro abandona en el cielo,
la llamada agreste de lo abandonado,
el sabor del peligro,
la caricia de la brisa, su mirada,
el azul olvido donde yo te espero.


f.












lunes, 2 de mayo de 2016

Faro XIII







A veces soy un barco,
a veces soy el mar,
a veces soy un faro
abandonado y solo.



f.






lunes, 25 de abril de 2016

Faro XII









Rencor de las horas,
el día adormece tu dicha.
Isla de soledad,
impenetrable como un suspiro
anuncias ser vigía del silencio.
Tu voz es callada como la noche
y aunque respiras con largos destellos
tus breves palabras llegan lejos,
habitan el horizonte de un libro eterno,
trasmites el calor del ángaro
cuando una mirada busca saber
donde se encuentra un nuevo refugio.



f.









lunes, 18 de abril de 2016

Faro XI









Sabes de mí, esta duna del mar que avanza sola,
que se interna entre las olas lentamente,
como un barco mercante en busca de un horizonte lejano y eterno.
Recórreme, vengo del faro,
soy difusa como su luz
aunque mi huella en tu piel sea de arena
y él se aleje fugaz tras besarte y retener tu sombra en su pupila.


f.












lunes, 11 de abril de 2016

Faro X









Un océano es un bosque de azulados abismos,
en él se pierden las palabras
como gaviotas buscando el horizonte.
Poseo de tu nombre todas las letras
y lanzo mis caricias lejos,
esa lejanía de lo imprevisible,
el lugar por donde vienen siempre los barcos.
Para llegar a ti
no basta con creer en el mañana,
debo ser constante,
y todas las noches iluminar
el camino que nos acerca al cielo.


f.










lunes, 4 de abril de 2016

Faro IX









De lejos, vendrá de lejos,
porque a veces las llamadas
se hacen de señales invisibles para otros,
vínculos de fuego que queman la noche
y que sólo ella sabe ver
cuando en el silencio
resuenan tres ráfagas de luz que conmueven el agua
y una larga espera que la nombra.





f



lunes, 28 de marzo de 2016

Faro VIII












Soy el acoso,
un deseo envolviendo una isla.
La luz en la noche,
el sendero de ternura que navega
y se hace viento,
rayo intermitente que te busca.
Soy soledad,
la ausencia cuando tú no estás,
el rincón de la tormenta en la espera,
ese faro que se derrumba
como un silencio cuando te marchas.





f.






lunes, 21 de marzo de 2016

Faro VII










Rodéame de luz,
soy un faro dormido por la ausencia,
ese estruendo de vigilia me delata.
Solo, habito el deseo
como el océano su hondura.
Camino descalzo por la playa,
el frío se desnuda conmigo,
las sombras carecen de tus manos
y se ciernen como la nieve
entregadas a mi cintura.
No temo, cada vez temo menos, soy el guardián del abandono,
el quejido y el sabor del amanecer
todavía perdura en mi mirada.


f.













lunes, 14 de marzo de 2016

Faro VI









Si te digo que te amo
y uso un círculo de luz
que hiere la oscura humedad de la noche,
sentirás cada doce segundos
la sensación de mi olvido,
el silencio guareciéndolo todo,
esa ausencia que sin querer
trae su pequeño trozo de muerte.


f.











lunes, 7 de marzo de 2016

Faro V








Hay océanos que apresan los silencios,
encierran en su cuerpo la humedad del miedo.
He oído el silabeo de los pájaros,
su quejido lejano,
la ansiedad del vuelo.
Así, en esta luz
en que la noche me pronuncia,
me redimo del eco de tu ausencia,
soy el faro perpetuo,
tu llamada,
el último deseo,
la caliente tentación de una llama.



f.











lunes, 29 de febrero de 2016

Faro IV







Recito un compás de pérdidas,
una canción de luz enhebrada a la noche.
Si mis manos no fueran tan precisas
navegarían lejos,
tan lejos como las sombras se acabasen,
allí serían un descanso del fuego,
la buhardilla incendiada en el anhelo,
el ángaro donde depositar tus ojos,
un amanal donde renovar el fruto y su silencio.



f.






lunes, 22 de febrero de 2016

Faro III







Me he sentado al borde mismo de tu sueño,
como el vigía incansable que en silencio te desea.
He abierto la luz, el manto azulado
es un desierto de memoria que te cubre,
una emoción que en mi ausencia se rebela.
Pero vuelvo con el relámpago de mis dedos,
la llama que te incendia
y en su caricia
se cerciora de que existes.


f. 











martes, 16 de febrero de 2016

Faro II








Sombra en la luz del atardecer.
En la espera de los muelles.
En los silencios del agua y su murmullo.
En la lejana silueta de los pájaros.
En el reflejo ahumado del horizonte.
Entre los barcos, sin hombres, sin manos.
En las maderas repintadas del azul de la siembra.
En el fuego de voces de la cantina.
En las rocas húmedas del tiempo.
En la mirada antigua y elevada del campanario.
En la cadencia perfecta del faro.



f.










martes, 9 de febrero de 2016

Faro I







Habito una isla de miradas perdidas,
el lugar donde el silencio habla de la nieve
y las caricias tienen el dolor de la brisa...

Todavía puedo sentir tus besos,
la luz de tus ojos llega lejos,
y en mi piel camina tu boca
rehaciendo senderos
donde gime la ansiedad de mi deseo.

Soy un faro girando en la noche,
nadie sabe cuantas veces te nombro,
en lo escondido de mis palabras
el Morse de la luz clama a tu llama.



f.








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