
Un río desangra en su interior la noche.
Cabalga en la humedad del viento de la lluvia
mientras tú callas respirando el salino homenaje de la mar.
Cada párpado de un puente mira a lo lejos,
ese horizonte de azules y púrpuras que trae el ocaso.
Me aferro a ti, bebo en el agua del bosque que te habita
buscando la voz de las fuentes y el canto de los pájaros.
Me adhiero a tu piel, me fusiono contigo,
soy casi un estigma de silencio que te devora,
la sombra verde y fresca devota de tu espalda,
como hiedras, madreselvas, pasifloras,
racimos de uvas colgando de tus brazos,
creciendo desde la tierra hasta tus sueños.
F
4 comentarios:
Hay metáforas que no llego a entender del todo y sin embargo se me hace clara la imagen hermosa que me sugiere este poema.
Pasión, adoración, entrega, donación, el vivir la presencia y el sentir del ser amado, donde cualquier parte es significativa, sensual, amada, vivida, sentida y deseada. Un todo por el todo, una cima por ensueño, la escalada por la cúspide... sin palabras, sin otro sonido que el roce, las caricias y el sentir.
¡Me gusta!
Me adhiero a tu piel, me fusiono contigo,
soy casi un estigma de silencio que te devora,...
Hermoso
Un abrazo
Me gusta el cambio, ya me conoces me gusta que nada me distraiga.
besos
Alba
qué frescor al leerte...
Publicar un comentario