
Saboreo el café caliente.
Apenas tengo tiempo de mirarte.
Sé de tus ausencias y ese margen que nos damos
como si nada de lo que se lleva la lluvia fuera a volver.
Hay casi tanto de desolación como de vértigo,
no es buena consejera la mañana,
ese doble filo en que nos ata
puede tener las cuerdas gruesas
y las palabras cortadas.
Vengo desde la noche,
entreabierta la puerta y sus peligros
las calles traen del mar un sinfín de mareas
y todas las preguntas a las que nunca contesto,
pero eso ya lo sabes, es el miedo
o la necesidad de no sentirme muerto.
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6 comentarios:
El café crea adicción..
Excelente poema
Besotes
Buenas excusas, yo también las tengo.
Estoy asombrada, Fernando, con tu capacidad creativa. Y este poema... precisa descripción de esa especie de limbo al que tantas veces se condenan los amantes.
Letras y cafe... rica combinación.
...es el miedo
o la necesidad de no sentirme muerto.
Besos
Alba
La mañana y el primer café son buenos momentos para responder a tantas y tantas preguntas que nos asaltan, a veces transcendetales. Después el día mitiga tanta duda y deja paso a la rutina.Un abrazo.
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